La mujer que acompaño a Vicente de Ametzaga Aresti  

CAPITULO V

WASHINGTON, ESTADOS UNIDOS

 

 

Salimos del puerto de La Guaira al atardecer y nuestra primera parada fue en el puerto de Curazao. La llegada al puerto de Curazao fue sorprendente porque el barco entraba al puerto pasando muy cerca de una hilera de pintorescas casas de diferentes colores. Aprendimos el significado del nombre de la isla. Curazao quiere decir “isla de curación” porque cuando llegaban al puerto barcos con marineros sufriendo la enfermedad de escorbuto se curaban al tomar las deliciosas frutas que ofrece la isla. Nuestro segundo y último puerto era Aruba antes de llegar a Houston, Texas. Fue un viaje feliz de ocho días cruzando un intercambio del Mar Caribe salpicado de islas y el amplio Golfo de México. Viajar en un crucero por el Caribe es apasionante e inolvidable cuando se recorre el mar caribeño y mas yendo de luna de miel. Fueron días felices y Bob y yo disfrutamos ampliamente.

Al plantar nuevas raíces, muchos de nosotros encontramos nuestras mentes vagando a través de los mares a las montañas o a los valles de la tierra de nuestros padres o de las tierras que dejamos atrás en otros peregrinajes. Alguien dijo que el mar puede ser una frontera sicológica que nos protege de las heridas escondidas y de las memorias amargas. Nuestros padres navegaron en las mismas aguas que fueron campo de batalla en innumerables conflictos bélicos de los submarinos alemanes destruyendo y hundiendo con torpedos buques aliados.

Yo estaba viviendo mi experiencia como inmigrante por cuarta vez en 27 años.  Podría decirse que ya era “ciudadana del mundo”. Hacer las maletas, despedirse de los seres queridos, llegar a tierras desconocidas, escuchar lengua extraña, orientarse por la ciudad, adaptarse a las nuevas costumbres y modismos, y cambiar todo lo que se conoce radicalmente, todo esto lo he experimentado siendo niña, joven y adulta. Todas estas mudanzas tienen sus pros y sus contras.  Es verdad que nos da una visión distinta, con una mentalidad más abierta y nos adaptamos e integramos con alma y corazón en la sociedad que nos toca vivir y comprender más fácil a otras mentes y culturas, pero todo ello acarrea un gran costo, que es la falta de raíces.

El sábado 24 de setiembre muy lentamente entramos en el Canal de Houston y arribamos en el puerto de tierra de Houston, Tejas. El puerto está a 40 kilómetros adentro del Golfo de Méjico, y solamente a un kilómetro del centro de la ciudad. La hermana de Bob y su familia nos hospedaron generosamente. En Houston disfruté de fantásticos desayunos que en realidad eran más bien brunches incluyendo panqueques y sirope. Tres días después emprendimos viaje de Houston  a Washington en ocho días, recorriendo los estados de Louisiana continuando nuestra luna de miel pasamos varios días en la preciosa ciudad de Nueva Orleans, atravesamos el estado de Misisipi, en Alabama y visitamos a uno amigo de Bob de la universidad y su esposa. En Georgia paseamos por Atlanta, el corazón del sur, donde se filmó “Lo que el viento se llevó”. Cruzamos Sur Carolina, y en Norte Carolina festejamos el cumpleaños de Bob en el camino, y llegamos a Virginia, la capital del sur, al mediodía la cual la atravesamos en tres horas. Y finalmente llegamos a Washington aquel atardecer que nunca olvidaré.

Para llegar al centro de la ciudad tuvimos que cruzar el Río Potomac por uno de los numerosos puentes que añaden especial fascinación a Washington. Atravesamos el puente que confiere la entrada más grandiosa a la ciudad porque esta revestido con el patriotismo americano sugiriendo que estamos entrando a la capital, el Memorial Bridge. Nos alojamos en un hotel y a la mañana siguiente antes de salir a buscar una vivienda describía en una carta larga a nuestros padres y hermanos todas mis impresiones, alegrías y preocupaciones.

Pronto encontramos y nos instalamos en un precioso y diminuto apartamento en un barrio céntrico cerca de la Universidad de Johns Hopkins donde Bob era estudiante. El apartamento de liliputienses medidas tenía una preciosa sala que de noche se convertía en dormitorio. Dos ventanales grandes decorados con cortinones color mostaza y un sofá-cama tapizado en celeste y crema, sillones y mesitas de estilo francés. La sala-dormitorio tenía chimenea de leña que nos calentó en el invierno y dos closets, un escritorio pequeño antiguo, cocina grande con closet enorme, y un baño alegre que bañaba el sol por una gran ventana. Estaba muy bien ubicado en cuanto a educación cultural de la vida americana y entretenimiento, ya que estaba a solamente a pocas cuadras de la Casa Blanca, del Capitolio, numerosos museos de diferentes tipos, de la National Gallery of Art con sus salas de concierto que acudíamos los fines de semana, de los majestuosos monumentos, de  la Biblioteca del Congreso, la entrada cultural mas antigua en los Estados Unidos que sirve como la institución de investigación para el Congreso, y es una de las mayores bibliotecas del mundo.  También estábamos cerca del Washington Monument, un obelisco hecho de mármol blanco de 185 metros en el terreno del Mall. Bob y yo tratamos de romper el record cuando subimos a pie los 897 escalones de la escalera de hierro en 20 minutos. Pero quedamos atrás ya que el record muestra que ha sido escalada al piso de observación en 6 minutos y 42 segundos.  La iglesia también estaba cerca, y era la histórica Catedral de Saint Matthew, una iglesia enorme, el exterior se parece a las iglesias en Italia, es de ladrillos rojos que contrasta con la rica decoración interior con mármol y piedras semipreciosas. Los confesionarios tenían la bandera para indicar las diferentes lenguas en que se ofrecían las confesiones.  Allí íbamos todos los domingos a Misa, y Bob me acompañaba siempre. Eso le gustó ama.

Al comienzo de la primavera Washington se viste de gala con los cerezos en flor. Y fuimos a pasear por el florido camino una mañana dominguera aunque un poco fría, pero el espectáculo era precioso. Es una conmemoración anual de 3000 árboles de cerezos que Japón regaló a Washington en 1912 como recuerdo de la amistad entre Japón y Estados Unidos. Gentes de todo el mundo se reúnen aquí para dar la bienvenida a la llegada de la primavera.

El 4 de julio, el día de la Independencia de los Estados Unidos, del Reino de Gran Bretaña y el cumpleaños de aita en Washington se celebra a la orilla del Río Potomac con millones de kilos de explosiones que son lanzados al aire en lo que es el mayor espectáculo pirotécnico del mundo. Para asistir a estos festejos hay grandes descuentos en los pasajes aéreos, hoteles, paquetes turísticos, restaurantes y centros comerciales. Bob y yo íbamos de picnic después una corta caminata para presenciar la hora que el cielo se llenaba de magia.

Los padres de Bob vinieron de Londres donde el trabajaba como geólogo de petróleo, dirigiendo la búsqueda de petróleo en el Mar Norte. Llegaron a Washington y estuvieron con nosotros una semana. Tratamos de hablarnos en Spanglish y acertábamos la mayoría de las veces, muy bellas personas y la verdad que me trataron con mucho cariño.  Fue un año excitante para nosotros. Eran tantas cosas que se presentaban para hacer y para ver. Yo emocionada compartía todas estas experiencias de esta excitante ciudad con nuestros padres y hermanos. Nuestro padres estaban entusiasmados por lo que les contaba y querían venir a visitarnos pronto. Aita desgraciadamente nunca pudo hacerlo, ama vino cuatro años mas tarde y le pudimos mostrar los lugares que yo le había descrito en cartas. La foto en nuestro apartamento con mis suegros. Hoy en día este apartamento está convertido en una Galería de Arte, Corcoran, conservándose solamente la fachada exterior.

Mientras tanto aita que le había prometido a Bob enseñarle el euskera por correspondencia empezó a preparar y mandarle las clases, y ama participaba también acompañando las lecciones con dibujos que ella diseñaba. Y Bob que tiene mucha facilidad para las lenguas aprendió rápido en el poco tiempo que duraron las clases.  (Ver abajo foto de una de las lecciones.)

En junio de 1966 Bob se graduó de Johns Hopkins con el doctorado de Relaciones Internacionales e inmediatamente el ejército le llamó para hacer dos años de servicio. El primer año fue asignado al hospital militar de Walter Reed en Washington. Las sombras de la guerra que yo presentía en nuestra boda se hicieron realidad en una preciosa mañana de abril de 1967 en que Bob recibió órdenes para ir a Vietnam. La guerra de Vietnam era el conflicto bélico de cuyo origen fue la determinación de las guerrillas comunistas (el llamado Vietcong) de Vietnam del Sur, apoyadas por el Vietnam del Norte de derrocar al gobierno sur vietnamita. El enfrentamiento desemboco en una guerra de ambos países que pronto se convirtió en un conflicto internacional cuando Estados Unidos y otros 40 países mas apoyaron a Vietnam del Sur mientras Rusia y China suministraron municiones al Vietnam del Norte y al Vietcong. En esta guerra cruenta murieron 57.685 estadounidense y unos 153.303 fueron heridos, y 2.500 desaparecidos

Pudo retrasar la partida un poco porque pronto nacería nuestro primer hijo. Pero tristemente a la persona asignada para reemplazarle durante ese tiempo lo mataron en una emboscada.

Ama me mandaba ropita hecha por ella primorosamente. Ella quería estar conmigo en esos momentos tan importantes de nuestra vida, pero no pudo ser.

Nuestra primera hija Anne Miren nació felizmente en una importante fecha como es el 7 de julio de 1967, día de San Fermín, celebración importante para todos los navarros, así como también en el hospital más famoso de Washington, en Walter Reed Army Medical Center en Washington DC. Este gran hospital fue nombrado en memoria del médico y Comandante Walter Reed que estaba a cargo de un equipo que confirmó que la fiebre amarilla era transmitida por mosquitos y no por contacto directo, y como consecuencia de este importante descubrimiento no solamente se salvaron muchas vidas, sino que también se pudo llevar a cabo la construcción del Canal de Panamá. Las enfermeras estaban muy curiosas por saber donde yo había comprado unas ropas tan finas que Anne Miren lucía al salir del hospital.

Este año 1967 fue un año de triunfos con los nacimientos de los dos primeros hijos y nietos y de desafíos con la ida de Bob a Vietnam y Pello encarcelado por asistir a un Aberrieguna con una cámara de fotos.

El sábado 29 de julio a las 8 de la noche la ciudad de Caracas se estremeció con un fuerte sismo, conocido como “Terremoto Cuatricentenario de Caracas” porque la ciudad festejaba en esos días los primeros cuatro siglos de existencia. En el momento que ocurrió ama estaba cocinando chipirones para el almuerzo del día siguiente, mientras nuestro padre trabajaba en su escritorio. Ama sintió el movimiento pero pensó que era un pequeño mareo de ella, hasta que vio la araña de luces del comedor moviéndose de lado a lado y se dio cuenta que era un temblor. Llamó a nuestro padre que parece ser no se había percatado, y allí en la sala los dos abrazados esperaban su fin. Pero todo quedó en calma y bajaron apresuradamente los diez pisos saliendo con los demás vecinos a la calle. Mas tarde oyeron por la radio las tristes noticias. Los barrios de Altamira, Los Palos Grandes y la parte central del litoral fueron los más afectados por el sismo. Bingen y Xabier estaban ilesos y se dedicaron a ayudar en la labor de rescate. Arantza y Pello corrieron a su casa de Los Palos Grandes donde vivían para buscar a su niño de seis meses que estaba con la niñera, y llegando a su casa pasaron por edificios de 6 y 10 pisos convertidos a la altura de un piso, pero con gran suerte su edificio estaba en pie y allí en la calle cerca de su apartamento encontraron al niño en brazos de la mulata que le salvó la vida. Aquella noche que comenzó feliz para muchos cambió cuando repentinamente todo se oscureció y la tierra se estremeció. La felicidad se convirtió en dolor y pánico. El primer temblor duró de 35 a 55 segundos de 6.5 en la escala de Richter, pero fue suficiente para que la aterrada población saliera a la calle como alma en pena y para que más de 400 pobladores de Caracas y el litoral fallecieran. Hubo miles de heridos y daños materiales incalculables. En el centro de la ciudad, la Cruz Patriarcal de la Catedral de Caracas se desprendió desde lo alto de la iglesia y dice la tradición que al caer al suelo el terremoto ceso y como testimonio de ese hecho quedo su marca grabada en el piso. A las pocas semanas recibí una carta de ama con los detalles de este terremoto y la triste noticia de la muerte de unos amigos vascos cuando el edificio donde vivían se vino abajo.

Mientras tanto yo recién llegada a la casa del hospital y con la niña en brazos empecé mi ardua y dulce tarea de ser madre sin más ayuda que la de Bob cuando llegaba del trabajo. No teníamos a ningún familiar cerca para celebrar su llegada o para recibir consejo o ayuda. Bob había conseguido una señora para ayudarme en la limpieza de la casa. Era una negra alta y esbelta de sombrero y guantes que ceremoniosamente después de saludarnos a la niña y mí iba canturreando por la casa haciendo la limpieza. Yo podía descansar junto a mi hijita que tranquila dormía al son de las canciones de la mulata en el blanco moisés que yo lo había forrado con el tul de mi velo de novia.

            A los 15 días le bautizamos en la iglesia “Memorial” de Walter Reed de aspecto rural inglés de piedra gris. Hicimos una pequeña fiesta en que invitamos a Perico Beitia, delegado del Gobierno Vasco en Washington, Yaione Bilbao y esposo que estaban de visita en la ciudad, y algunos amigos nuestros. Pocos días después levantamos la casa y los tres partimos para Houston, Texas, donde Anne Miren y yo viviríamos cerca de la familia de Bob durante la ausencia de Bob que partió para Vietnam. Bob con su recién estrenado doctorado ahora estaría encargado de planear y coordinar la seguridad de caravanas y camiones que llevaban medicinas, comida y municiones. Fue muy triste nuestra despedida, ambos llorando con nuestra recién nacida entre ambos.

Tres meses más tarde mis suegros me invitaron a visitarlos a Bogotá, Colombia, una de las ciudades más altas estando del mundo, a 2640 metros sobre el nivel del mar, y también una de las más grandes de Latinoamérica. Esta ciudad ofrece un contraste entre casas de una rica herencia colonial y modernos edificios y esta rodeada por las enormes montañas Andinas. En las calles se veía gente arropada con ponchos de colores oscuros que le daba un aspecto más dramático. Estábamos hospedados en el Hotel y Residencia Tequendama, ubicado en el centro de la ciudad. Estuvimos un mes con ellos en Bogota al cabo del cual hicimos muchas compras. Visitamos la “Quinta Bolívar” una casa preciosa, jardines lindos, con mosaicos en el suelo hechos de huesos de oveja. Fuimos a Misa a la iglesia de San Diego, luego al Museo de Cobre cerca del hotel donde se exhiben miles de objetos de cobre. Viéndolos pensé en la típica rustica cocina vasca y no me acuerdo donde, pero compramos diez objetos de artesanía de cocina de cobre para decorar en nuestra cocina. Compramos ponchos, joyas con piedras de esmeraldas. Terminada nuestra estancia en Bogota mis suegros nos acompañaron a Caracas para conocer a mis padres y hermanos. Anne Miren y yo estuvimos cinco meses en Caracas.

CARACAS

             Llegamos a Maiquetía y toda la familia nos esperaba. Mis suegros luego de cenar una comida muy rica preparada por ama se fueron a descansar al Hotel Tamanaco donde se alojaban, y al día siguiente vinieron a casa. Mi suegro y yo fuimos a la Embajada de Estados Unidos para notificar mi nueva dirección y teléfono. Mientras en casa los aitas y mi suegra se entendían muy bien haciendo nuestro padre de traductor. A la noche ellos invitaron a toda la familia a cenar al Hotel Tamanaco. Yo no pude quedarme porque Anne Miren no cesaba de llorar y el bueno de mi suegro nos trajo a casa a las dos. Ama me contaba que lo pasaron muy bien y a nuestros padres personalmente les caían muy bien los padres de Bob.

             Una de las primeras cosas que hicimos ama, la niña y yo era visitar las ruinas de las casas caídas durante el terremoto. Habían pasado cinco meses y Caracas y aun se veían las calles deterioradas, edificios en ruinas, terrenos baldíos donde antes había edificios, pero los ánimos serenos tal vez con la esperanza de la Navidad. En casa el aitona (abuelo) le hablaba en vasco a Anne Miren con mucho cariño. Ama estaba encantada de hacerle vestiditos y sacarla a pasear. Todos eran muy buenos con nosotras pero yo no podía disfrutar enteramente porque eran malos momentos para mí pensando en Bob y en la dichosa guerra de Vietnam de la cual no se oían muy buenas noticias. En abril de 1968 sin poder esperar más nos volvimos a Houston para esperar el regreso de Bob. Antes de irme Aita me entregó un ejemplar de su recién publicado libro el cual me dedicó y que se titulaba El Hombre Vasco.  Me llenó de orgullo y no lo esperaba. Otra vez y con tristeza nos despedimos.  En estas fotos, sacadas en Caracas en 1968, aita y ama están con sus primeros dos nietos, Anne Miren, nuestra hija, y Xabier Irujo, hijo de Arantza y Pello.

 

 

 

 

 

HOUSTON-BRYAN, TEJAS

La víspera del primer año de la niña Bob volvió de Vietnam. Celebramos a lo grande con toda la familia. Yo llame a caracas para notificar la buena nueva. Ya le habían  ofrecido su primer trabajo Era en Bryan, Texas, un pueblo universitario a dos horas al norte de Houston. Aquí había verdaderos vaqueros, se presenciaban emocionantes rodeos y sus habitantes eran muy amistosos.  Era un pequeño pueblo encantador, pero que carecía de las actividades culturales o espectáculos de entretenimiento que ofrecían ciudades como Washington o Houston.  Creo debido a ello, teníamos fiestas de continuo, y en casi todas se cantaba canciones nostálgicas de los años universitarios acompañadas por Bob a la guitarra, instrumento musical que yo lo había comprado en Don Disco, barrio de Chacaito en Caracas como regalo. En este ambiente Bob empezó su carrera de profesor, y los tres a proseguir con la vida familiar que había quedado interrumpida por la separación debido a la guerra.

Me acuerdo que yo le contaba lo que hacíamos en este pueblo de Bryan a ama y ella me escribía que después del tumultuoso año con los viajes a Bogotá y Caracas y Bob a Vietnam me aconsejaba que aprovechara de la paz de este pueblo pequeño y tomara el tiempo para restablecer nuestras vidas a la normalidad. Y tenía razón.  Necesitábamos en esos momentos de esa tranquilidad que este pueblo nos brindaba.

             A las pocas semanas de mi segundo embarazo recibimos noticias de Caracas por medio de Bingen, que nuestro padre yendo al Hospital Clínico Universitario para hacerse unas radiografías se mareó y lo hospitalizaron. Le encontraron anémico y le hicieron transfusión de sangre. Bingen se puso en contacto con el gastroenterólogo que al ver las radiografías diagnosticó probable carcinoma del estómago.  Después de recuperado por las varias transfusiones se decidió hacer laparotomía exploradora para una diagnosis definida. Bingen estaba optimista y me dijo no me preocupara, pero lamentablemente era cáncer estomacal con metástasis al hígado. A la semana de la operación se le presentó una complicación; peritonitis con insuficiencia renal, y murió con pleno conocimiento y sin dolor. Yo con cinco semanas de embarazo y habiendo sufrido un aborto meses antes no pude viajar para verlo y estar cerca de él por última vez. Begoña llegó a Caracas días antes de su operación para estar al lado de su padre antes de morir y pudieron conocerse y abrazarse.  En la foto arriba aita y ama con el titulo de propietarios de residencias Country que ama triunfante sujeta en su mano.

Ama, que no esperaba tal fatal desenlace, me escribía unas cartas muy dolorosas y difíciles para mí de leerlas y me sentía muy triste por estar tan lejos para ofrecerle mi apoyo y mi cariño.  Xabier me escribía que le llevaba a pasear, haciendo viajes, cosa que a ella siempre le había gustado, y hacían excursiones por la selva venezolana, visitaron los Andes venezolanos y también le llevó a comer uno de sus manjares preferidos, pastel de almendra a la colonia Tovar, y otros tipos de excursiones y para estos viajes lo único que ella tenía era hacer era disfrutar de los paisajes y la comida, y ella disfrutaba ir con ellos, ama me lo decía en todas sus cartas, ella escribía de estas aventuras con ilusión. Bingen me contaba que le llevaron también al cine a ver “Fantasía” de Walt Disney que le gustó mucho. Los tres hermanos supieron ser el apoyo para nuestra madre en aquellos difíciles momentos.

 Todos estos viajes le llevaban a ama en un jeep Werchmacht alemán de las fuerzas armadas alemanas de la Segunda Guerra Mundial, sin puertas y techo de lona que metía ruido por todas partes.  Yo le denominaba “El Tanque” pero según Xabier era una obra de ingeniería en su construcción y lo conducía orgulloso y lo llevaba a todas partes, una vez se fue manejando hasta Brasil.

           Mi suegro me había llevado dos años atrás al Centro Espacial de Houston donde se controlan todas las instalaciones de la NASA y sirve de entrenamiento de los astronautas. Fue una gira interesante que me impresionó. Ahora en una calurosa mañana de julio sentados frente a nuestra primera televisión en color recién adquirida, vimos el lanzamiento al espacio del Apollo 11 de Cabo Cañaveral, y cuatro días después, el 20 de julio de 1969 el primer ser humano aterrizó en la luna.  El 24 de julio aterrizaban en el Océano Pacifico. Solamente le llevo ocho días el ir a la luna y volver a Neil Armstrong, el comandante del Modulo lunar. Al pisar la luna dijo la famosa frase “Este es un pequeño paso para un ser humano, pero un brinco gigante para la humanidad”. Anne Miren de dos años recién cumplidos no entendía lo sucedido y nosotros esperamos a la noche para señalarle la luna y describirle lo acontecido, pero no le impresionó tanto como hubiéramos querido. Le escribí a nuestra madre contándole todo esto y ella me contestó que pensaba lo que aita hubiera disfrutado viendo este evento sin igual.

             Nosotros le invitamos a nuestra madre a Texas y estar con nosotros para el nacimiento de nuestro segundo hijo y así lo hizo. Llegó varias semanas antes del nacimiento, a tiempo para dar los últimos toques con ropita que primorosamente cosía para la cuna y para el bebé.  Kathleen nació el día de las Mercedes, el santo de ama, el 24 de setiembre de 1969. Ella compartía su cuarto con la recién nacida que lo decoramos juntas y le tomó mucho cariño a la niña. La atendía día y noche para dejarnos descansar a nosotros y poder yo estar mas con Anne Miren, y ese cuidado hacia la recién nacida le calmaba a su espíritu dolorido. La bautizamos en la iglesia más vieja de Bryan, Saint Joseph (1873) con el nombre de Kathleen Elizabeth, nombres de miembros de la familia de Bob.

             Dos meses más tarde mis suegros nos invitaron para visitarles y estar con ellos unos días en la ciudad de Corpus Christi, Tejas, la llamada “Chispeante ciudad al lado del mar”, a 443 Km de Bryan. Ellos residían en estos momentos en esta ciudad. Yo estaba un poco preocupada de invadir la casa con nosotros cinco, y mas con una recién nacida, pero entre ama y Bob me animaron. Ama fue tratada con todo mimo, y ella estaba muy agradecida a las atenciones de mis suegros. Le dejaron a ella el dormitorio principal con su baño privado, las niñas ocupaban un cuarto y nosotros el otro, mientras que mis suegros dormían en un cuartito adyacente a la sala. Ama me decía “yo no creo que aita hubiera cedido nuestro cuarto”. A mi suegra le gustaba lo ocurrente que era ama, como cuando ama invento un medio de transporte para pasear a la niña, como no habíamos traído el cochecito de Kathleen para pasearla afuera ama la sujetaba al asiento de infante para carro, y la ponía encima de la mesa rodante para servir bebidas en el jardín, y de esa forma la llevaba a pasear afuera. Ama dijo “la necesidad agudiza el ingenio” La verdad que ama lo pasó muy bien aunque no fuimos a muchos lugares.         

Bob y yo preparamos un fin de semana para visitar a Nueva Orleans, seis horas de viaje. Ama se ofreció cuidar a las niñas. Nos hospedamos en el Hotel Provincial situado en el barrio francés, el más antiguo de la ciudad. Habíamos estado en nuestra luna de miel y nos gustó por ser encantador, sencilla elegancia, y muy bien ubicado, cerca de todo. En el siglo XIX había sido convento de las Hermanas Ursulinas, y luego convertido en hospital militar durante la batalla de Nueva Orleans y más tarde durante la guerra civil. Nada mas llegar al hotel llamamos para asegurarnos que todo estaba bien. Anne Miren y ama hablaron un poco y parecía todo estar en orden. La siguiente noche llamamos otra vez y esta vez la línea estaba ocupada, después de media hora aun seguía igual. Sabíamos que ninguna de las tres podía hablar mucho, mejor dicho nada, y se nos ocurrió llamar a la vecina y deletrearle en español un mensaje para que se lo entregara a ama. Volvimos a llamar y ama contestó. El teléfono había estado descolgado porque Anne Miren pensó que yo estaba en la línea todo el tiempo, ella nos extrañaba y su consuelo era el teléfono. Este episodio me hizo volver tristemente a mi niñez ya que yo tenía su misma edad cuando nuestra madre se fue a Marsella. Y volvimos a casa.

A Bob se le presento una buena oportunidad de trabajo. Le ofrecieron el puesto de jefe del departamento de Ciencias Políticas de la Universidad de Chattanooga en Tennessee y al aceptarlo dejábamos a Tejas y a los familiares atrás. Nos dio un poco de pena porque en esta nueva ciudad no teníamos a nadie conocido. La ciudad de Chattanooga esta a las dos veras del Río Tennessee y rodeada por los Montes Apalaches. Rentamos un apartamento en una región histórica en el barrio de la cima del Signal Mountain, (Monte Señal) llamado así porque los primeros habitantes, los indios Cherokee, desde la cima de este monte mandaban señales de humo y fuego a través del valle. El monte tiene una altitud de 600 metros, la carretera para subir ofrece una vista panorámica única, pero tiene una carretera muy estrecha y con mucha curva y no inspira mucha seguridad al manejar de noche. Al mes compramos nuestra primera casa, abajo en los suburbios de la ciudad. Toda la región ofrece una naturaleza pintoresca.  La ciudad no es muy urbana, más montañera y su cultura gira alrededor de las artes, música y artesanía folklórica.

             Viviendo en esta ciudad tan pintoresca decidí tomar cursos de Decoración Interior que ofrecía la Universidad de La Salle por correspondencia, y así aprender a elegir los colores adecuados para la decoración de nuestro hogar y desarrollar mi creatividad. Con cada lección transformaba las habitaciones empezando por la entrada y terminando con las habitaciones de las niñas. Nada más graduarme, Bob que me ayudó en este proyecto y yo terminamos transformando toda nuestra casa. Siempre me ha gustado que la casa refleje nuestros gustos y personalidades. Tiempo mas tarde ama tapizó un sillón tal vez como muestra de apoyo a nuestro esfuerzo.

             En el año 1972 Bob trabajaba como coordinador en el estado de Tennessee de la campaña electoral del senador George McGovern a la Presidencia. Fueron unos meses de mucho ajetreo, el teléfono no dejaba de sonar hasta altas horas de la noche, y de día organizábamos y acudíamos a fiestas para la recaudación de fondos, infinidad de viajes para dar charlas, meeting políticos y finalmente delegado a la Convención en Miami, Florida, que Bob no pudo asistir. Ama seguía de cerca con ilusión la carrera política de Bob y le mandó a el en forma de arte su apoyo. Ver ilustración. A mi me mandó un dije de oro para la pulsera, un burrito, símbolo del partido demócrata.

EUSKADI

            En el año 1973 viajamos a Euskadi para mostrar a Bob el país del que tanto le habíamos hablado antes. En ese momento ama estaba viviendo con Arantza, Pello y sus tres hijos en Pamplona. Desde que murió aita ella repartía su tiempo entre Caracas, Euskadi y Estados Unidos. El día de nuestra boda ella me prometió escribir una vez a la semana y así lo hizo fielmente, ahora escribía más a menudo sus cartas. En la primera semana de julio visitamos Pamplona unos días. Anne Miren estaba convencida que en Pamplona llena de fiesta y jolgorio estaban festejando el cumpleaños de ella. Y al lugar que más acudíamos era a la Pastelería.  Durante nuestra estadía Bob hizo una cantidad de entrevistas con gente de la lucha clandestina vasca que mas tarde formarían parte de su primer libro sobre la política vasca.  La mayoría de las entrevistas fueron posibles gracias a la intervención de ama por medio de sus contactos con políticos en Euskadi.

            Yo nunca había vivido en esta ciudad conocida en todo el mundo por las famosas fiestas de San Fermín. Ama insistió debíamos ir a presenciar el encierro, que consiste en una carrera de tres minutos delante de los toros y que culmina en la plaza de toros. Ella nos despertó temprano para estar segura de que lo íbamos hacer. Llegamos antes del lanzamiento del primer cohete (txupinazo) y subidos a una ventana de un banco pudimos vivir el riesgo y la emoción de estos populares encierros inmortalizados por Ernest Hemingway en su novela “The Sun Also Rises.”  

             Tuvimos la ocasión de llevar a las niñas y sus primos a ver las comparsas de los famosos Gigantes y Cabezudos narradas por mi tantas veces. Con cierto temor ellas vieron pasar a las parejas de los gigantes y gigantas representando diferentes razas del mundo y los cabezudos que nos perseguían por toda la calle para pavor de los niños que gritaban y corrían. Pero no pudimos quedarnos para asistir a la noche final. El día 14 que se acaba oficialmente los Sanfermines y todo el día ha habido despedidas y a la noche los navarros se reúnen frente al Ayuntamiento y con velas encendidas cantan melancólicamente la canción  “Pobre de mí.”

CHATTANOOGA, TENNESSEE

              Nuestro viaje a Euskadi y nuestra estadía en ella resulto muy buena y productiva para todos, estábamos contentos de haberlo hecho. Dos años después vino ama a estar con nosotros por una temporada. En este momento vivíamos en Chattanooga, Tennessee.  Ella llegó unas semanas antes del nacimiento de nuestro tercer hijo que nació 24 de diciembre de 1974 con toda felicidad. A la hora de nacido el pediatra nos dijo que la vida del niño corría peligro por padecer de severa anemia asociada al factor Rh. Y estaban pensando en hacer una transfusión total de sangre. Como muchos vascos (de 30 a 40%) yo tengo Rh- negativo. Entre los vascos el factor Rh esta ausente en un alto porcentaje. Robert nació con Rh+ positivo, y sufría de la enfermedad llamada Eritroblastosis fetal. Le pusieron bajo una luz azul por 10 dias. No hubo necesidad de hacerle transfusión, parece que le salvó de ello lo robusto que era ya que pesaba al nacer 4 kilos 200 gramos. Ama le llamaba aizkolari. Al mes el niño fue bautizado con los nombres de Robert Vincent en honor a su padre y a sus dos abuelos en la Iglesia de Saint Jude.

A los pocos meses de irse ama ya estábamos en pleno verano, y la Universidad de Tennessee en Chattanooga, donde Bob era profesor, ofreció el picnic anual, esta vez era en la casa del Rector, el cual tenía su casa ubicada a orillas del Río Tennessee, cerca de la enorme central hidroeléctrica, la Presa de Chickamagua. Cuando llegamos al lugar nos impresionó, la casa señorial con el precioso jardín al lado del río de rápida corriente, un panorama impresionante típico de esta región. Bob y las niñas se fueron a jugar con la pelota y yo me quedé con Robert de 8 meses que estaba en su cochecito.  Unos minutos después ni el coche ni el niño estaban al lado mío porque este fue rodando al río. Instintivamente miré al río y en aquel instante pude ver al coche volcándose en el momento que nuestro hijo caía en el río.  Corrí desesperada gritando pidiendo ayuda para llamar la atención de todos los presentes. Al niño no se le veía, pero puse mis brazos debajo del agua cerca del coche, y por milagro pude agarrarlo. El empezó a llorar enseguida, llanto que en ese momento nos pareció una dulce melodía. Todos aplaudieron. Yo temblaba del shock y como Robert tenía un pequeño golpe en la cabeza salimos corriendo a ver al pediatra.  Cuando nuestra madre se enteró del accidente  le apodó al niño Moisés (salvado de las aguas).

Ama volvió a los pocos meses y estuvo seis meses con nosotros. Esta vez vino porque yo fui hospitalizada por una semana para hacerme toda clase de exámenes para descartar tumor cerebral después de sufrir alteración del equilibrio y perdida parcial de la audición. Me diagnosticaron hipoacusia, perdida parcial de la capacidad auditiva, sin poder encontrar la causa. Cuando me ingresaron en el hospital lo  primero que hice es llamar a Bingen y hablamos sobre el problema. Cuando le contamos a ama todo esto, a ella le preocupó porque tenía temor a las consecuencias que todo esto acarrearía, yo solamente tenía 37 años.  Aita había padecido del oído toda su vida, sufriendo tinitus,  zumbido de un oído constantemente por lo que le era casi imposible comprender las conversaciones en reuniones o fiestas donde había gran número de invitados, y ama sabia lo frustrante que eso fue para el. Y es lo que yo padecería de aquí en adelante.  Además de ser físicamente exigente y provocar estrés, supone un reto en la vida diaria con la disminución de la capacidad de percepción del sonido en ambiente con conversaciones y ruidos además de la incapacidad de localizar la precedencia del sonido. Pero yo no perdí el temple diciéndole a ama una de las frases más nombradas en la Biblia: “No tengas miedo.”  Yo creo le calmó un poco. La pérdida de mi oído fue el mismo día que murió Francisco Franco: 20 de noviembre de 1975. Recordamos a la venganza de Moctezuma por el “mal momento” que pasa un turista cuando come comida picante o chile en suelo mejicano.

Físicamente me recobré rápido y pronto hicimos nuestros planes. A las mañanas teníamos un horario cotidiano muy reglamentario.  Ama tempranito en la mañana dejaba preparada la cena y a las 10 que salíamos de casa hasta la hora del almuerzo.  Generalmente le llevaba a los centros comerciales que es lo que mas le gustaba a ella. Y como disfrutaba de ello. A la tarde después de tomar una siesta tomaba su taza de café y así reforzada estaba lista para lo que fuera. La mayoría de las veces estábamos en el jardín con los niños o hacíamos las labores de rigor como era coser y/o tejer. A las noches de vez en cuando jugábamos a las cartas. Los domingos íbamos a la Misa y luego Bob nos llevaba de excursión para ver algo nuevo. Decidimos ir a visitar la ciudad capital y nos fuimos los seis a Washington por una semana. Visitamos a los edificios más importantes como la Casa Blanca, el Capitolio, la Biblioteca del Congreso y algunos pocos museos de las cuales yo le había escrito tanto unos años antes.

Con pena de nosotros volvió a Caracas. Los niños y ella se llevaban muy bien y yo tuve tiempo para hablar con ella de muchas cosas olvidadas atrás. Nos prometió que un año después volvería para visitarnos otra vez. Cada vez que llegaba traía libros, discos, y muñecas para las niñas que ella las vestía como lo había hecho en nuestra infancia.

WASHINGTON DC.

La Primera Comunión de Kathleen se llevó a cabo en el día de mi cumpleaños y ama vino a celebrar con nosotros.  Ahora vivíamos en Washington. Con la visita de ama se reforzaban las tradiciones familiares de antaño. Ella gozaba mucho con las niñas y les enseñaba a memorizar el Txalopin Txalo. “Palomita Blanca” antes de ofrecerles caramelos que siempre llevaba con ella.  Cantaba con ellos “Se va la Barca” “Mambrú se fue a la Guerra” “Sobre el Puente de Avignon” “Antón Pirulero, y la siniestra canción “No me mates con tomate…”

 En este viaje hicimos muchas cosas juntas porque yo tenía mas libertad, ya que las niñas estaban en el colegio todo el día. Entre muchas cosas tapizó otro sillón que le gustaba mucho porque decía era muy cómodo y era su favorito; aun lo tenemos en recuerdo a ella. Uno de los días ella decidió ir de compras sola al centro de Washington en autobús.  En estas aventuras nunca se perdió, y nunca llegó tarde. En todos los viajes que ella hacía sola Bob le dejaba en la parada del autobús que esta en la universidad y le recogía a la hora indicada en el mismo lugar. Otro día fuimos a un centro comercial cerca de casa y compró un equipo de sonido con todo lo necesario (tocadiscos y cornetas), encargo de Xabier. Y entre ella y Bob estuvieron toda la tarde embalando para llevarlo a Caracas. No le importaba a ella todo lo que implicaba semejante paquete si con ello le hacia feliz a nuestro hermano.

            Ahora con más confianza por sus anteriores aventuras se desvió de su camino y tomó diferentes líneas de autobuses para llegar a las boutiques del famoso Watergate que es como una pequeña ciudadela de cinco edificios. Es enorme, tiene 25 hectáreas, y esta ubicada frente al Río Potomac y al Centro de Bellas Artes John F. Kennedy. Es considerado el lugar mas deseado para vivir en Washington. Es popular entre los miembros del congreso y miembros del gabinete del Presidente. Es como una ciudad dentro de otra ya que tiene, un hotel, apartamentos, restaurantes, mercados, clubs de salud física, clínica médica y dental, correos, farmacia, licorería y tiendas. En 1972 el Comité nacional del partido demócrata estaba situado en el 6º piso del hotel, caso que se conoce como el “escándalo del Watergate” que llevó a la renuncia del presidente Richard Nixon. Y a este lugar se fue nuestra madre de compras. A mi me compró una falda escocesa con su chal a juego muy bonito. Y llegó contenta de su viaje y cuantas cosas nos contó aquella noche. Disfrutaba comprando y viendo tantas cosas que apenas notaba su cansancio. Al despedirnos de este viaje, que seria el ultimo que ella haría a Washington, un poco preocupada por mi salud y algo tristona por dejarnos me dijo  “Que orgulloso aita estaría de ti.”  

EUSKADI

En la Navidad de 1978 decidimos volver a Euskadi. Llegamos a Euskadi en una fecha importante como era la aprobación y publicación de la Constitución Española de 1978  ratificada el 6 de diciembre que terminaría con la abolición final del anterior régimen franquista y sustituyendo la dictadura por un sistema democrático de monarquía parlamentaria con la proclamación del rey Don Juan Carlos I de Borbón.

Se veían ikurriñas y símbolos patrióticos vascos por todos lados y los ánimos estaban buenos para festejar una buena Navidad. Arantza nos invitó para hospedarnos en Alzuza y ama nos hizo para esta Navidad un menú de primera: chipirones en su tinta, croquetas de jamón, tocino de cielo y compota de orejones y ciruelas es de lo que yo más me acuerdo. La ultima que yo pasaría con ella.

Por estos días ama invitó a sus dos nietos mayores para presenciar un juego de pelota a mano que es un deporte tradicional vasco, en el que participan dos equipos que golpean la pelota únicamente con la mano contra un muro del frontón hasta conseguir un tanto.  Fuimos al frontón Labrit en Pamplona. Anne Miren y su primo Xabier competían durante todo el partido y como disfrutaba ama al ver la rivalidad de los dos primos. Xabier apostaba por un color y Anne Miren por el otro, no me acuerdo quien era cual. Aunque Anne Miren nunca antes había visto un juego de pelota, le gustaba el desafío de ganar a su primo. Para alegría de Anne Miren su equipo ganó.  Aunque a su primo no le gustó, el supo afrontar su derrota como todo un caballero y ama los llevó a los dos a comer chocolate con churros.

Toda la familia, menos ama y yo, decidieron ir a Leitza, cuna de grandes figuras del deporte rural vasco, para presenciar la llegada del Olentzero. Las dos hablamos casi todo el tiempo acerca de las memorias que estaba escribiendo y sobre los libros de nuestro padre que quería publicar pronto. Hablamos de las fotos del álbum familiar que ella atesoraba.  Yo le pedí tener las fotos de cuando era niña para mostrarlas a nuestros hijos, pero me dijo que ella gozaba mucho mirando todas las fotos de nosotros y no quería desprenderse de ellas todavía.  Tristemente nunca las podré ver porque a su muerte han desaparecido. En este viaje me regaló un librito titulado La Perfecta Casada de Fray Luis de León, el poeta lírico español, interpretación de los proverbios de Salomón.

 Para la Noche Vieja fuimos todos a San Sebastian para celebrar con mi hermana Begoña y su familia. Antes de la cena Bob tuvo la buena idea de sacar una foto de ama con sus tres hijas, la única que hay, y que habido. Fue la última vez que estuvimos las cuatro juntas. La otra foto muestra ama con sus tres hijas, dos yernos y once nietos.

 

 

Después de este viaje Anne Miren y ella mantenían frecuente correspondencia, nuestra hija de 12 o 13 años le escribía de los planes de ella para el futuro. Anne Miren siempre le ha gustado escribir y se extendía en sus comentarios que me los mostraba, pero yo no me acuerdo, lo único que viene a mi memoria era una de las últimas en que le decía a ama que “ella iba a comprar una casa tan grande como un castillo y ama seria la invitada de honor”. Ama le hizo gracia ese plan de su nieta y le contestó enseguida una muy cariñosa. Nunca dejaba ninguna carta sin contestar puntualmente, ni pasaba ningún encargo sin hacerlo o ninguna fecha especial por alto.  Ama era sumamente cumplidora. Le hacia mucho bien que sus nietos le mostraban cariño, aunque nadie podía llenar el gran hueco que sentía por la muerte de nuestro padre. Ella vivió con nosotros diferencias experiencias en las llanuras de Tejas, en la montañosa ciudad de Tennessee, y en la excitante capital del país norteamericano. Y gozó en diferente forma en cada una

El 9 de abril de 1980 Carlos Garaikoetxea fue elegido Presidente del Gobierno Vasco, casi 5 años después de que Franco muriera. El era el primer presidente elegido por el pueblo. Con los ánimos levantados recibimos mucho ánimo para hacer algo por la cultura y causa vasca. Ama que estaba en esos momentos viviendo en Aluza vio feliz parte de su sueño realizado. Por esos días me escribió tenia reservado un vuelo para Caracas el 14 de junio y para setiembre vendría y pasaría las navidades con nosotros. En estos días se le presentó una peregrinación de cuatro días a Lourdes que ella quería hacer y le acompañaría su nieto mayor Xabier de trece años.

(Nuestra hermana Arantza relata dicho viaje).

“En una preciosa y soleada mañana de un jueves 5 de junio de 1980 ama y su nieto Xabier, de 13 años, salieron para Lourdes, haciendo parada antes en Zaragoza donde almorzaron y prosiguieron camino a Andorra llegando a esta a las 4 de la tarde. Después de registrarse en el hotel se fueron de compras. Andorra es por excelencia el país de las compras y ama estaba en su reino. Se compra sin pagar aranceles ni impuestos en la aduana teniendo los precios mas bajos que en cualquier otro país europeo. Al día siguiente, 6 de junio, también se pasaron de tienda en tienda, a la noche después de jugar mus, un juego de cartas de origen vasco muy popular en Euskadi y el objetivo principal del juego es apostar, con el nieto se fueron a la cama. Pero a la una de la madrugada ama despertó con nausea y jadeando un poco. Xabier por pedido de ama llamó al medico del hotel y la llevaron al hospital en ambulancia, su nieto se quedó unas horas con ella en el hospital, la dejo sentada en la cama hablando con un doctor chileno.”

En sus últimas horas de vida era como si ella quisiera ser escuchada habló del drama que ella sufrió y seguía sufriendo. El tema era de las dos niñas dejadas en Biarritz, asunto del que la tía Lola también habló en el hospital antes de morirse un año antes.  A las tantas de la noche y viendo Xabier que ella hablaba animadamente hablando se fue a descansar al hotel. De la clínica llamó el guía de la excursión a Alzuza para notificar el estado de ama, y les dijo el diagnostico era “agotamiento” y los médicos recomendaron no proseguir viaje. A las seis de la mañana del día 7, Arantza y Pello salieron para Andorra, a 6 horas de Pamplona, pero cuando llegaron ama había fallecido de un ataque cardiaco. Esta foto la sacó Xabier en Navidad de 1979, seis meses antes de fallecer ella.  Es la última foto que tenemos de ella.

Andorra con mas de 3.000 metros de altura parece ser fue fatal para su corazon enfermo. Ella tenía casi 75 años, pero todavia en buena salud, o al menos así lo pensábamos. La distancia otra vez vino como una sombra gigantesca que había estado y estará siempre conmigo. Me dolía no haber estado junto con ella en sus últimas horas de vida. A la semana de su fallecimiento recibí su última carta desde Andorra que aun la conservo como un tesoro en la que me contaba de sus futuros planes con nosotros en esta. Era sabido por nosotros sus hijos la gran devoción que tenía a San José, patrón de la buena muerte, y murió como había pedido tanto al cielo. En brevedad y sin sufrimiento.

Que vacío mas tremendo sentía sin ella.  Extrañaba sus cartas semanales tan puntuales, sus noticias, sus preguntas, sus atenciones y sus consejos. Tantos proyectos que teníamos para hacer. En mi última carta le pedí su consejo y ayuda porque decidí empezar la universidad y requería mucho tiempo y trabajo y los niños todavía eran pequeños. Ella se puso contenta con mi idea y también de verse necesitada. Una pequeña nota escrita por ella a propósito de ello que dice:  “Vale mas verse solicitada como precisa y necesaria, que ser rechazada desde luego, como algo que no sirve para nada. M.”

En 1985 volvimos a Euskadi los cinco y nos recorrimos Euskadi de este a oeste y de norte a sur. La ausencia de ama la sentía profundamente e hicimos varias visitas al cementerio donde reposan sus restos, en este viaje y volvimos hacer tres años mas tarde.  Plantamos un pequeño arbusto cerca del panteón Iribarren donde ella esta enterrada.

            A su memoria sentí la necesidad apremiante de reunirme con vascos mas que nunca, que me imaginaba había en esta área metropolitana de Washington, pero no conocíamos a ninguno.  Escribí al senador de Idaho Frank Church, amigo de los vascos y jefe de la Comisión de Relaciones Exteriores del Senado para que me ayudara con nombres de vascos en esta zona. A la semana recibí la contestación de su oficina con la información pedida. Y ya con un nombre me puse en contacto y pronto conocimos a una docena de vascos. Al año siguiente en el Aberri Eguna, día de la patria vasca y celebración festiva del nacionalismo vasco que se festeja en el Domingo de Resurrección por ser el día más grande para la cristiandad. Ese día en 1981 Bob y yo invitamos a unas 20 personas para conocernos y almorzar juntos. En el jardín flameaba orgullosa la ikuriña. Seguimos reuniéndonos en la fiesta navideña, San Valentín. Y así se empezó a pensar en algo mas serio y a pedido de varios, al año siguiente tratando de formar un pequeño centro vasco nos reunimos en una asamblea para elegir una Junta Directiva con cinco puestos.

Y por ello antes de la asamblea estudie y traduje al español partes de Robert Rules of Order, manual para organizar reuniones efectiva y eficientemente, basado en los procedimientos usados en el parlamento británico. Son principios aplicables a cualquier organización en la que haya que tomar decisiones desde el congreso a comisiones de las comunidades de un club. El arte de convivencia, es decir asociarse con otros para lograr un fin es parte del talento americano. Uno de los mejores pensadores políticos de su tiempo, el francés Alexis de Tocqueville dijo. “Los americanos tienen una aptitud especial para el arte de asociación”. Así al menos creíamos que estábamos listos para formar oficialmente un centro vasco. En la asamblea éramos 35 miembros. Votamos, y Bob y yo salimos sorprendidos un poco de los resultados. Se había formado un centro vasco llamado “Euskalerria” y sentía dentro de mí como que ama había sido la verdadera fundadora.

Siendo la presidenta tenía ante mí una enorme cantidad de planes para realizar y con gusto decidimos a empezar la obra que apenas duró siete años, pero en los cuales se hizo muchísimo. Se festejó por primera vez una Misa en vasco, un Aberri Eguna, San Ignacio, el Día del Euskera. Se imprimieron boletines mensuales, se llevaron a cabo clases de vasco, de coro y de danzas y con que ilusión hacíamos todo ello! Pasábamos películas de cultura vasca, invitábamos a profesores de Nevada para explicarnos sobre la inmigración vasca que vino como pastores fue al oeste hace un siglo. En 1988 cerramos con broche de oro con la visita del Lehendakari José Antonio Ardanza a nuestro centro en el que le brindamos una gran cena,  pero cuanto trabajo, tiempo y energías poníamos para esta magna obra de crear y mantener este centro vasco que cerró sus puertas antes de lo que habíamos pensado. Bob y yo dimos nuestro adiós con pena y, se cerraron sus puertas para siempre. La semilla reviviría casi veinte años más tarde con diferente grupo de vascos, pero como siempre con la mira en Euskadi.

El once de agosto de 1988, 19 años de la muerte de aita, y ocho años del fallecimiento de nuestra madre, el Ayuntamiento de Getxo preside un busto de nuestro padre, obra del escultor José Luis Butrón en la plaza que lleva su nombre en reconocimiento a su intensa labor por su pueblo y por la cultura vasca. La plaza esta ubicada en Arriluce, a poca distancia de la Avanzada, lugar donde aita y ama comenzaron oficialmente sus relaciones, 60 años antes, y casi enfrente al Cementerio Municipal de Getxo, donde reposan los restos de ama en la paz eterna . Esta vez fuimos con nuestro hijo Robert y alquilamos un apartamento por un mes en el pueblo de Algorta, donde aita nació y creció. En la inauguración en nombre de la familia, a pedido de mi hermana Arantza, improvisé unas pocas y emocionadas palabras. Terminé con la famosa frase del dramaturgo irlandés George Bernard Shaw y repetidas por Robert Kennedy durante su campaña presidencial y usadas por Ted Kennedy ensalzando la memoria de su hermano Robert asesinado durante el funeral celebrado en la Catedral de Saint Patrick en Nueva York.  “Algunos ven las cosas como son y dicen ¿Por que? Yo sueño en cosas que no nunca existieron y pregunto ¿porque no?” Una frase a mi parecer que resume la vida de nuestro padre. La foto muestra el calendario de la Caja de Ahorros Vizcaína tiene impreso en el día 4 de julio de 1985 de su calendario el nombre de aita su nacimiento y nombra la traducción del libro “Platero y Yo.”

             Durante los años que siguieron me gradué con honores de la Universidad George Mason, y he trabajado como interprete para la Corte y para las escuelas. Se publicó el libro “Nere Aita”, dedicado primariamente a aita. Y hoy en día cuando preparo el altar para el celebrante y cuido las flores y las plantas de la iglesia y de nuestra casa, pienso que lo hago con el mismo amor que lo hacía ama en Las Arenas y en San Jean Pied-de Port. Nuestros tres hijos se casaron y nuestra hija Kathleen nos hizo abuelos cuatro veces dándonos tres preciosas nietas y un guapo nieto.

Foto de mi graduación con la ikurriña en el birrete.

 

GORRAIZ, NAVARRA

           En Navidad de 2008 nos reunimos los cinco hermanos después de haber pasado cincuenta años sin haber estado los cinco hermanos juntos en el mismo lugar. Las reuniones familiares haciendo con ilusión se dice son herramientas claves para construir un legado familiar. La última y única vez que estuvimos los cinco hermanos en el mismo lugar fue a bordo del barco Provence el 22 de abril de 1956. La guerra cambió no solamente los destinos de nuestros padres sino de nosotros los hijos, y nuestros nietos. Ahora cada uno de nosotros estamos envueltos con nuestras propias familias, en diferentes culturas, en diferentes partes del globo, en mi caso hablando diferente lengua.

Foto en el Hotel Gorraiz de nosotros cinco por primera vez en cinco años, por orden cronológico (de izquierda a derecha): Xabier, Bingen, Arantza, Begoña, y la autora.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Toda la familia frente a la plaza de aita.

 

 

 

 

 

 

 

Con toda la alegría que nos produjo estar juntos hermanos, sobrinos y primos durante esa semana nos hemos dado cuenta cuanta felicidad nos ha sido vedada por el exilio, y la emigración de nuestros padres y transmitida a las siguientes generaciones a consecuencia de las dos injustas guerras.

Personalmente yo he vivido en cinco diferentes países siempre con la imagen de algo querido dejado atrás, y un nuevo sentimiento esperándome en el nuevo territorio recorriendo con  muchos viajes. Y viendo crecer a nuestros hijos y nietos siempre puedo ver en ellos algo que me recuerde a lo que quedó muy atrás. Este último viaje ha sido a mis recuerdos especialmente, lleno de nostalgia con la memoria de los mensajes, el ejemplo y la imagen de nuestra madre en mi mente y corazón. Pero como dice el dicho; El pasado es historia, el futuro es un misterio y el presente un regalo.

Mis memorias las dedico al recuerdo de nuestra madre, aunque la mejor manera de honran la memoria de nuestra madre el 10 de setiembre, es que ella desde el cielo vea que reina paz entre sus cinco queridos hijos y que el lazo de amor que ella trato de entrelazar entre nosotros reine para siempre en nuestros corazones.

          Un agradecimiento muy especial para mi esposo Bob que me ha ayudado pacientemente en este proyecto e instalado todas las fotos en el documento.


 

 

 

 

 

INDICE

 

Antepasados

Sus pueblos, sus vidas

Nuestros padres

Guerra Civil Española

Primer exilio

San Jean Pied-de Port

Paris

Nacimiento de las dos primeras hijas

Segundo exilio, travesía en el mar

Tercer exilio, Buenos Aires

Nacimiento de la tercera hija

Cuarto exilio, Montevideo

Nacimiento del cuarto y quinto hijos varones

Quinto exilio, Caracas

Estados Unidos

 

          

            
Gure Ama -Gure Ama1 -Gure Ama2 -Gure Ama3 -Gure Ama4 -Gure Ama5 -Gure Ama6 -Gure Ama7-Gure Ama8-Gure Ama9

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I) Vida de Mercedes Iribarren de Ametzaga -Gure Ama - Tributo a nuestra Ama, por Mirentxu Ametzaga 

 

I.1 Vida de Mercedes Iribarren de Ametzaga -Gure Ama

I.2  Life of Mercedes Iribarren de Ametzaga - Our Mother

II) La mujer que acompaño a Vicente de Ametzaga Aresti - por Xabier I. Ametzaga

 

II.1 La mujer que acompaño a Vicente de Ametzaga Aresti

III) Mis manos quieren hablar - mi poema a mi Ama - por Xabier I. Ametzaga

 

III.1 Mis manos quieren hablar - mi poema a mi Ama

IV) Publicaciones en Internet relacionadas 

 

IV.1 Sitio en Internet que lleva el nombre de Vicente de Ametzaga Aresti

IV.2 Los tres Barcos que llevaron a Ama y Aita

IV.3 Travesia

IV.4 Reunion familiar Amezagaeguberriak

IV. 5 Antecedentes

IV. 6 Publicacion en Internet de toda la obra de Aita - la que ella ordeno y recopilo

IV. 7 Publicaciones Xamezaga Editor Internet

 
Sitio en Internet en homenaje a Mercedes Iribarren de Ametzaga.
http://mercedesiribarrengorostegui.blogspot.com
Creacion, Edicion y contacto: Xabier Iñaki Ametzaga Iribarren
e-mail: xabieramezaga@gmail.com
Blog Xabier Amezaga Iribarren: http://xabieramezaga.blogspot.com
Editorial Xamezaga