La mujer que acompaño a Vicente de Ametzaga Aresti  

 

En esos tiempos no había televisión e ir a ver un informativo era de interés común. Uno de los adelantos tecnológicos que presenciamos viviendo en Uruguay fue la naciente producción de televisión que solo vimos una y en un lugar publico, y el otro fue los semáforos dos años antes de salir del país. Empezaron en un tramo especifico en 18 de julio, y me acuerdo que tratábamos de memorizar lo que significaban los tres colores el ámbar, rojo y verde y Bingen era el mas entusiasta porque le recordaba a los colores de ricos chupetines.

            Unas de las excursiones con nuestros padres al centro de la ciudad era ir a ver Films. El autobús nos dejaba al lado del Monumento al Gaucho cerca del Palacio Municipal en la Avenida 18 de Julio.  El gaucho en bronce se erige en un pedestal de mármol y frente a este héroe del folklore nacional que simboliza la libertad y la independencia de Uruguay.  Aita nos hablaba del protagonista anónimo de las luchas por la independencia como si el se identificaba con el sentimiento nacionalista y de autonomía personal del gaucho. Cruzábamos la calle y entrábamos al Instituto americano, no me acuerdo del nombre, y veíamos películas de tipo educativas. De lo que yo más me acuerdo es de un documental del Paralelo 38 que se trataba de la guerra en Corea.  El paralelo fue establecido como línea de límite entre las zonas de ocupación soviética el norte y estadounidense el sur. No creo a nosotros nos gustaba el tema pero para los aitas era un documental interesante.        

Los carnavales de Montevideo nunca han llegado a tener la fama de los de Río Janeiro, Brasil, pero si había brasileñas que bailaban el candombe y música africana no vista en Uruguay en otros tiempos del año. Carnaval siempre se celebra tres días antes del Miércoles de Ceniza, pero yo creo que en Montevideo oíamos por muchos días los sonidos de los tambores. Su carácter principal es el Rey Momo, alto y gordo, dios de la burla y la locura en la mitología griega. Este es un periodo de exceso permitido antes de la abstinencia de la Cuaresma. La gente se pinta y se disfraza. Hay bailes, desfiles que se recorren los diferentes barrios con murgas, hombres disfrazados con caras pintadas que actúan, cantan y bailan candombes al ritmo del bombo y platillos y al atardecer se presentan espectáculos en los Tablados. Íbamos la familia entera a ver los tablados, y luego comentábamos en casa sobre ello. El carnaval era teatral por excelencia.

En esos momentos con tanto bullicio y desorden festejando el carnaval yo pensaba en la paz que se respiraba en el colegio y lo prefería. Aita me embromaba con una pequeña lírica musical acerca de las Hermanas Dominicas celebrando el carnaval, que empezaba con; “Las dominicas tenemos todo, el cuerpo alegre y el alma loca, nos divertimos en el convento…”

El 20 de noviembre me gradúe terminando el bachillerato, (Foto de mi graduación, tercera fila, primera a la izquierda) pero no podía hacer ningún plan para el futuro porque no estaba todavía decidido. Hay un poeta portugués que dice que la patria de uno es el lugar en el que uno vive la adolescencia, porque es la época donde se hacen los amigos. Y estoy de acuerdo, mis amigas con las que crecí estaban aquí en Montevideo, y las iba a dejar para siempre y seguía luchando en contra a esta realidad. Me costaba pensar que era una realidad y no quería saber de salir del país, y menos indefinidamente. Y en medio de todo este laberinto de cosas ama sabía como templar mi carácter, me habló de tomar clases de piano, que yo había deseado siempre, y con este gesto ya no podía quejarme más. Tomé clases de solfeo por dos meses hasta la víspera de embarcar. La realidad seguía, pero me percate del sacrificio de ama y tome con más resignación la decisión de mis padres. Décadas mas tarde compraría un piano y tomaría clases de piano, que sigo practicando. Bingen sin aprender solfeo, memoriza conciertos que toca cuando nos visita. 

Aita decidió, no sin gran dificultad, de probar la oportunidad que se le presentaba en Caracas, Venezuela. Yo no quería irme de Montevideo ni dejar otra vez mi vida a medias, yo quería terminar una carrera y seguir viviendo en aquel ambiente en el que no solamente yo sino toda la familia estábamos tan contentos, ama trataba de calmarme y me explicó que ella entendía como yo me sentía, y que ella sentía lo mismo, y que las razones para salir del país eran únicamente económicas. Aita también quería calmarme y en vísperas de salir me llevó con el una noche a ver la obra de teatro del “Caballo de Troya” o “Troiako Zaldia” como el lo llamaba, en la Facultad de Arquitectura, muy cerca de casa. La familia estaba pasando por momentos económicos difíciles donde nuestro padre proveía a la casa con combinación de diferentes trabajos, y el ahora tenia 54 años y se sentía ansioso por las posibilidades a largo plazo para el y para nosotros. Dos hermanas de ama (Lola y Mari) y una sobrina, Ma. Luisa, hija de Mari, que vivían en Venezuela le apremiaron a ir a Caracas porque la ciudad estaba en auge económico y ciertamente el podía conseguir trabajo mejor remunerado.

El plan era de ir a Caracas aita solo. Ama y nosotros nos reuniríamos con él si en Caracas encontraba la solución al problema.  Nuestros amigos con los que ama y yo seguíamos escribiendo nos decían que la crisis económica del país comenzó a desatarse desde 1955 ellos agregaban no sabían si era tras la caída de los precios de los artículos exportables de la economía monocultura uruguaya o por la partida de nosotros del país. ¿Como no querer a un país donde sus ciudadanos nos ofrecían tanta ayuda y nos estimaban tanto?  Ama decía.   A su despedida nos dio a todos los hijos un recuerdo suyo.  A mí me regaló dos libros: La Imitación de Cristo escrito por el místico alemán Thomas Kempis, y El Salterio, que son los Salmos de David, ambos muy apropiados para mí en esos momentos. Con pena nuestro padre dejó Montevideo un 17 de julio de 1955. El nos escribía muy a menudo contándonos sus impresiones de la ciudad y de su nuevo trabajo. Un mes después de llegar a Caracas aita se reunió con viejos amigos en el Centro Vasco de Caracas que era como el santuario para los vascos refugiados desde 1942. Su viejo amigo José Ma. Lasarte, padrino de Bingen, le propuso el trabajo de Secretario General del Centro Vasco, y el aceptó y aunque era buen salario pagaba menos que el ofrecido anteriormente, pero era trabajar para y con los vascos, y para el era suficiente.

Poco después el lehendakari José Antonio Aguirre estando de paso en Caracas sostuvo una conversación con nuestro padre sobre la gran preocupación de él;  la cultura vasca en la post-guerra. Franco seguía ferozmente persiguiendo y suprimiendo la lengua vasca. Le explicó la idea que él tenía de la formación de un seminario permanente con escritos y trabajos de archivos, en que se recogería para el futuro de las próximas generaciones serian cuatro a seis personas. No seria mucho el sueldo, el lugar seria un pueblo de la parte vasca-francesa, y en un par de meses le confirmaría ya que él tenía que proponer en Paris tal sugerencia y si fuera factible aita estaría a cargo de ello. A nuestro padre le ilusionó mucho la idea, era un trabajo soñado y capacitado para llevarlo a cabo y muy importante, estaría cerca de casa. 

            La esperanza y la alegría de aita fueron intensas, de inmediato escribió a ama, para que ella preparara un viaje a Euskadi. Y con esa esperanza, aunque ama más realista, ella no estaba muy convencida de que resultara algo tan perfecto para el, empezó a preparar el viaje. Sería la ocasión de conocer a su segunda hija Begoña ahora de 16 años de edad.

Ama llevó a cabo un trabajo gigante ella sola, porque nosotros los hijos estábamos ocupados en nuestros propios mundos, con la casa para poner en subasta. La biblioteca de nuestro padre la tenía que salvar, y tuvo que hacer un intenso y minucioso escrutinio de todos los libros de de nuestro padre, página por página, para asegurarse de que no hubiera ningún papel comprometedor dentro de los mismos. Algunos libros imposibles de llevar con ella por el tema y tuvo que enviar por correo. También ama estaba a cargo de vender los seguros en que aita había trabajado hasta dejar Montevideo, y estando ella llevando este trabajo hubo un caso de incendio que ama tuvo que enfrentar. Con tanto para hacer y la Tata se enfermó y tenia que estar en reposo por tres meses. Y ama enfrentaba a todo y a todos con valentía y energía.  Nuestro buen amigo Pedro Arteche, al que ama le llamaba “la tabla de salvación” porque le sacaba de muchos apuros, proclamó seriamente que ama “merecía una estatua” y cuanta razón tenia.

Con gran pena nos despedimos de Uruguay, dejando a lo que tanto queríamos. Los amigos, el país, todo que nos era tan familiar y agradable, y yo me di cuenta que mis sueños de una carrera estaban rotos, aunque yo no creo que era factible esperar que mis padres hubieran podido pagarme una carrera de medicina, pero en esos momentos yo no me daba cuenta de ello.  Esta foto fue sacada en la despedida a la familia entera por la familia de Martita Pizza Nogueira, amiga de mi hermana en Carrasco.

 Las despedidas nunca son buenas. Fueron días llenos de emociones y de mucho trajinar sobre todo para ama. Todos nuestros amigos nos mostraron su cariño. Las dos últimas semanas antes del viaje teníamos casi todos los días despedidas de amigos y vecinos con comidas acompañadas con canciones.  El famoso tango era tocado una y otra vez “Adiós Muchachos” de Carlos Gardel, actor y cantor de tangos famoso en Uruguay y Argentina. Mis amigas me dieron la despedida en un salón de té. Los amigos de mis hermanos les invitaron a un churrasco. A ama tuvo una gran despedida por los miembros de Euskal Erria con unas emocionadas palabras. Ama expresaba que “No había buena manera de decir adiós a tan generosos y cariñosos amigos”.

En esta foto estamos los cuatro hermanos de excursión en Río de Janeiro, al pie de la estatua de Cristo el Redentor, en la cima del monte Corcovado. Con este viaje nuestra familia tomó otro rumbo. El plan era para nosotros esperar en San Sebastian a que aita llegara a San Juan de Luz y reunirnos allí con el. De esta manera todos viviendo cerca de casa podrían estar cerca de Begoña cuya ausencia de la familia se había convertido en un gran problema. Eso le daba ánimo a ama para hacer el viaje.

En horas tempranas de la mañana del 7 de abril de 1956 embarcamos en el barco francés “Provence”, y nuestros amigos en el puerto se despidieron de nosotros. Con lágrimas en los ojos dijimos adiós por última vez mientras el barco se iba alejando despacio saliendo del Río de La Plata e introduciéndose en el Océano Atlántico. No era ni para ama ni para mí la primera vez que teníamos este sentimiento de dejar algo bueno que queríamos para ir sin rumbo a algo desconocido. Cuando ya no podíamos ver más a ellos por las lágrimas y la distancia fuimos al precioso comedor en el que nuestra mesa era la única vacía, porque ya se estaba sirviendo el almuerzo.

El itinerario del viaje era parar en Santos, Río Janeiro, Bahía, Dakar y Barcelona nuestro destino. Bajamos en Santos y nos embriagaba el aroma riquísimo de café que cubría la ciudad. Nos dijeron que 50 años atrás fue el puerto de entrada de la plaga bubónica a Brasil.  La entrada a Río es espectacular, cadenas de montanas rodeándonos hasta llegar a la maravillosa y exótica ciudad de Río de Janeiro. Visitamos al Cristo Redentor que esta en la cima del monte Corcovado y desde allí podíamos observar la vista fantástica de la playa Copacabana, del monte Pan de Azúcar. Caminamos en el barrio de Copacabana famosa por sus calles cubiertas de azulejos que imita los movimientos de las olas. Compramos el café aromático sin igual.  Tienen razón cuando los brasileños dicen “Dios es el artista y Río su obra”.

La próxima era Bahía, es esta ciudad visitamos la iglesia de San Francisco forrada de oro. Esta ciudad es llamada la Roma Negra por el alto porcentaje de iglesias y población negra.

En Dakar ama fue con Bingen y Xabier, a visitar la ciudad, y Arantza y yo decidimos ir con nuestros amigos. Cuando volvimos nos percatamos que ama y los hermanos no estaban en el barco. Una hora más tarde oímos la sirena del barco avisando su partida y aun no habían vuelto. Fui a decirle al capitán que esperara un poco porque nuestra madre no había llegado aún. No se como el habría respondido a mi pánico, pero por suerte en ese mismo momento vimos venir corriendo por el muelle a ama y los hermanos.  

Temprano al mañana nos anunciaron que estábamos dejando el Atlántico y entrando en el Mediterráneo y pudimos y enseguida pudimos observar a lo lejos el Peñón de Gibraltar que consiste en un peñasco que no tiene ríos y el agua se almacena en aljibes se nos dijo. Es el contacto más cercano entre Africa y Europa.

Aún en medio de nuestra congoja de dejar el querido Uruguay, la travesía fue feliz para nosotros los hijos. Nos hicimos amigos de un grupo de jóvenes, y desde el principio nos caíamos muy bien un joven francés y yo, y durante todo el viaje andábamos juntos, al final del viaje Arantza me entregó un poema que se titulaba “Mi Primer Amor”. Todo era bueno para nosotros los jóvenes, no tanto para ama que sola y ansiosa esperaba conocer a su segunda hija y a un futuro incierto. Celebramos el cruce de la línea del Ecuador interrumpiendo la rutina de a bordo y  se declaró día festivo. Una autoridad, en este caso, el capitán del barco, se disfrazó y representó el papel del dios Neptuno. Desde el puente por medio de altoparlantes se anunció su llegada y en un improvisado trono llegó en procesión de Neptuno seguido por sus séquitos. Cerca de la piscina bajo de su trono y bautizó a los neófitos exigiendo tributos y concediendo mercedes. A mi me pusieron el nombre de “Estrella de Mar.” Después de este rito sin titubeos le tiramos a la piscina al capitán. El momento de cruzar la línea se marcó con un repique de campana. Pero todos los jóvenes estábamos ocupados  porque esa tarde la juventud del barco se disfrazó. Una señora estaba al mando de los disfraces y ella eligió para Arantza un disfraz que representaba a una vendedora de cestas de Bahía, y para mi me concedió el del misterioso disfraz de odalisca. A la noche hubo baile de gala que yo asistí, pero ama vino a buscarme para ir a la cama mucho antes de lo que yo hubiera deseado.

Fue una travesía muy buena, hasta la víspera del desembarco en que nuestro hermano Xabier, que por ser el mas joven del grupo siempre nos seguía corriendo y alguien delante de el sin saber que el venia atrás cerró una de las pesadas puertas del barco y su mano quedo atrapada y necesitó ayuda médica en la enfermería del barco y luego en Barcelona. Sus gritos y lloros despertaron la compasión de todos los pasajeros.

La comunicación en aquellos tiempos, los años de los 50, de nuestros padres o nosotros, los hermanos con Begoña era a base de carta que demoraba de una a dos semanas en llegar a su destino.  No teníamos todavía la idea de vuelos supersónicos, la comunicación instantánea para escribir y hablar que tenemos por medio del Internet que nos facilita las llamadas internacionales gratis, y el uso de un teléfono celular. Tampoco recibíamos muchas fotos de ella, la tía no era muy aficionada a la fotografía, y tampoco a escribir mucho por la vida tan ocupada y ajetreada que llevaba, y Begoña nunca ha sido inclinada a escribir mucho. Trataron varias veces nuestros padres de llamarle por teléfono, pero era toda una odisea por lo caro, lo breve y muchas veces la mala comunicación. Cuando amigos de nuestros padres viajaban a Euskadi los aitas les pedían encarecidamente visitaran a Begoña. Pero ninguna de estas visitas era positiva porque ella permanecía callada durante todo el tiempo por el miedo a que le iban a llevar con ellos a América. Todo ello impedía tener una relación estrecha de nuestra hermana con la familia y viceversa que habría preparado mejor a todos para el encuentro que se estaba a punto de realizar.

 

BARCELONA

El Provence ancló en Barcelona el domingo 22 de abril de 1956 poco después del almuerzo. Fuimos al puente y nuestro grupo de amigos trataban de encontrar a Begoña, y pronto la reconocimos en el muelle y todos a coro gritábamos su nombre. Begoña alborozada de su repentina popularidad nos miraba asombrada y contenta. Al fin ella subió a bordo con la tía Mari, su nieta Ana Mari, y amigos de la familia, Julita y Juan. De todos los miembros de la familia ella solamente me conocía a mí. Cuando ama y nuestra hermana se abrazaron fue muy emocionante para ellas y para nosotros verlas. Ama perdió el conocimiento por unos segundos. Ese día fue la primera vez que los cinco hermanos estábamos reunidos en el mismo lugar, y pasarían 50 más para volver a repetir esta hazaña. Y en aquel momento de alegría para todos creíamos que nuestra hermana Begoña se iba a quedar con nosotros, pero por desgracia no fue así. Habían corrido muchos años de separación para reparar el daño de tanta ausencia. Nos preparamos para salir del barco y nos pidieron los pasaportes y cuando ama mostró el suyo se lo quitaron y le dijeron que tenía que sacar otro salvoconducto en un mes porque ese no valía. Era su purga. Los libros y demás, gracias al buen amigo Araquistain, pasaron la aduana sin abrir las cajas. Nos alojamos en el Hotel Astoria y el hijo de Mary Pallin que estaba en esta ciudad, nos llevó a las tres hermanas a conocer la ciudad durante el tiempo que estuvimos en esta preciosa capital catalana. Visitamos el Monasterio de Montserrat, el Parque Tibidabo, Montjuic, un centro de arte, entretenimiento y cultura y la Iglesia del Sagrado Corazón. Al cabo de unos días tomamos un avión bimotor que nos llevaría a Bilbao.

En el aeropuerto de Sondica, nos esperaban los tíos Elvira, Ino y Carmen. La alegría y sorpresa de reencontrarnos fue grande, para ama eran casi 20 años desde que dejara su pueblo, y sus familiares. Fuimos a la casa de los tíos y después de comer vinieron la familia de Algorta. Cuantos recuerdos se agolparon en mi mente y corazón, ahora yo miraba con diferentes ojos lo que me rodeaba y lo que había sido tan familiar cuando niña, se lo dije a ama, y ella replicó que a ella todo le parecía mas pequeño, como si fuera sacado de una estampa de Nacimiento. Pero sus emociones estaban ahora enfocadas en su segunda hija Begoña.

Begoña tenía 16 y yo casi 18 años, la edad en que creíamos que la vida era fantástica y el mundo nos pertenecía. Nos llevábamos tan bien como cuando jugábamos juntas muchos años atrás. Las experiencias de los años pasados en diferentes países, hablando con diferente acento y sin mucho parecido físico confundía a los amigos de ella que no creían éramos miembros de la misma familia y lo triste es y fue, que pertenecíamos a dos mundos diferentes, por lo tanto había y hay diferencias entre las dos, aunque siempre nos unió y nos seguirá uniendo la triste experiencia de nuestra infancia. Pero la única disimilitud que sentíamos en aquellos momentos era que ella era hincha del Real Sociedad de San Sebastian y yo del Athletic de Bilbao. Begoña hizo lo imposible para formar conmigo el dúo inseparable de nuestra niñez para desmayo de nuestra madre, porque con ello le relegaba a ella a un tercer plano. Nuestros dos hermanos siempre han crecido juntos en la familia y país y siguen haciéndolo sin la disparidad que Begoña, Arantza y yo hemos vivido en el que las tres hemos crecido en diferentes lugares, en diferentes circunstancias y por consiguiente con diferentes experiencias.

Al mismo tiempo que nosotros llegábamos a Barcelona aita recibió noticias de Aguirre que su proyecto había sido postergado indefinidamente por falta de fondos. Aita a pesar de su tristeza confiaba en la tenacidad de su amigo José Antonio con esperanza en que se llevaría a cabo en el futuro, ama no era tan optimista. Fue un gran contratiempo cuanto mas necesitaban, pero en estos momentos para ama lo más doloroso era la confirmación de lo que temía, había perdido a su segunda hija y parecía ya tarde para ganarla de vuelta. Había pasado mucho tiempo y no se podía recobrar en pocas semanas el trabajo de tantos años. La guerra seguía marcando a sus victimas.

En pleno verano la ciudad preciosa de San Sebastian a orillas del Mar Cantábrico ofrece vistas espectaculares. La ciudad esta rodeada de tres playas Ondarreta, La Concha y la Zurriola, y tres montes. El Monte Urgull, montaña de 135 metros de altura que esta situada entre la Parte Vieja de Donosti y el Paseo Nuevo, junto al mar. En su cima esta la estatua del Sagrado Corazón que domina toda la ciudad. El Monte Igueldo de 184 metros de altitud en cuya cima tiene un Parque de Atracciones y un torreón que servia de atalaya tiempos atrás. El Monte Ulia de 231 metros de altura con un escenario privilegiado, poblado de árboles con abundantes ruinas escondidas en la maleza y con acantilados costeros que deparan vista de la costa guipuzcoana frente al Mar Cantábrico. La dictadura mantendría a San Sebastian el papel de ciudad Capital de Veraneo. Francisco Franco durante el mes de agosto se alojaba en el Palacio de Ayete desde los años de 1940 a 1975.

Mientras que yo vivía en la casa de la tía Juli, ama, Bingen y Xabier dormían en una habitación alquilada al lado. Begoña y yo pronto nos hicimos de un grupo de chicos con los que salíamos asiduamente. Nos reuníamos en la playa de Ondarreta a las mañanas y en la Avenida al anochecer. Una noche llegamos un poco tarde y el sereno, antiguo vigilante nocturno de un barrio que tenía las llaves de todas las casas y velaba por la tranquilidad de las calles, nos abrió el gran portalón de la casa, y me recordó a lo que aita nos decía de los serenos de su tiempo en Algorta. Ellos eran como relojes hablados y meteorólogos,  cantaban la hora y el estado del tiempo a cada hora durante la noche. Nuestros hermanos, de 9 y 11 años en Donosti participaban en carreras de veleros en una gran fuente cerca de casa, verdadera olimpiadas, hacían excursiones escalando el Monte Urgull, el Monte Ulia, caminando 9 kilómetros a Hernani, alquilando bicicletas recorrieron7 kilómetros para llegar a Renteria, a sus habitantes se les conocía como galleteros ya que en dicha localidad, se fabricaban las riquísimas galletas Olibet, especulamos que ellos fueron alli por dicho dulce, pero nunca nos dijeron a ciencia cierta el porque de sus excursiones, e iban solos, y el hacerlo “a escondidas” les sabía mejor. Siguieron en ese tren hasta el día anterior de empezar el colegio. Solamente les veíamos a las horas de comer. Arantza de 13 años le gustaba estar en Las Arenas. Cuando ella visitaba San Sebastian no lo pasaba muy bien porque nosotras no la incluíamos en nuestros planes, y se encontraba sola. Yo recién cumplidos los 18 años,  halagada y festejada estaba absorbida en esta nueva aventura con Begoña al lado en la preciosa Donosti y no me daba cuenta que ella me necesitaba. Resentida volvió con ama a Las Arenas donde tenía un grupo de amigas con las que se reunía en la playa o haciendo excursiones. En una de estas salidas con sus amigas y subiendo al Monte Serantes, una pequeña montaña cuya cima esta situada en Santurce a la orilla de la Ría de Bilbao y visible desde todos los lugares de la comarca sirviendo como punto de referencia, Arantza se cayó por un barranco resultando con rotura del tobillo, muchos moretones y pérdida de conocimiento. Ama que estaba haciendo unos trámites en Francia acongojada dejó todo y corrió a su lado. Aunque la tía Carmen la cuidaba con mucho mimo, era problemático para ama tener tantas cosas para arreglar y a sus hijos separados y tan lejos de ella sin su cuidado y supervisión, pero éramos muchos y teníamos que repartimos en diferentes casas que los tíos ofrecieron generosamente.

Un día la tía Juli me pidió ser modelo para un pequeño desfile de modas porque Carmen, la modelo oficial de la costura, estaba enferma. Nerviosa accedí y mas tarde la tía me dejaba usar las prendas del desfile a fiestas. Foto con uno de los vestidos hecho por la tía Juli para estas ocasiones. Los fines de semana íbamos al club de tenis donostiarra del cual Begoña era miembro. La temporada que viví en Las Arenas también tenia una vida social activa. Fui invitada a boleras, guateques, fiestas con comida y baile que se dan en una casa, a bailes al Real Club de Josaleta en Neguri al que asistí con mis amigas Madariaga de Bilbao. Ama no estaba muy feliz que yo hiciera este tipo de vida social tan agitada cuando aita estaba trabajando tan duramente para mantener a la familia, pero la tía Juli interfirió a mi favor, y me dejó seguir yendo.

Nuestro padre que se sentía deprimido por la negativa de la oferta en Francia y acrecentó su pena y desilusión el estar viviendo solo en una pensión en Caracas le pidió a ama que aceleraba su viaje para estar junto a el sin entender todo lo que ama estaba viviendo en ese momento. Quería y necesitaba rehacer su hogar, es decir buscar casa, comprar muebles y logrado esto llevarnos a nosotros con ellos. Ama ante la insistencia de nuestro padre y sin terminar la cantidad de compromisos y obligaciones que aún tenía pendiente y dejándonos con pena a los hijos corrió a su lado. Una vez reunida con aita y en un pequeño apartamento mi hermana Arantza se reunió con ellos y después de previo examen empezó de inmediato el colegio. Dos años pasaron antes de que mis hermanos y yo nos reuniéramos con ellos. Por ahora Bingen, Xabier y yo vivíamos en San Sebastian. Yo tuve que preparar el viaje a Caracas mas rápido de lo que esperaba porque aita no aprobaba unas relaciones que acababa de empezar con un ingeniero español. Mi partida se dilató varios meses los cuales fueron un tormento para nuestro padre, ama me contaba más tarde. Debido a la crisis del gobierno venezolano en esos momentos que terminó con la caída del dictador Marcos Pérez Jiménez. 

MADRID

En una fría mañana de abril de 1958 salimos de San Sebastian. Me acompañaban Begoña, la tía Juli, Esperanza y su chofer Ramón y partimos rumbo a Madrid cubriendo unos 500 kilómetros en coche. Paramos en Logroño, La Rioja, para almorzar en un restaurante y aunque no me acuerdo del nombre, ni del menú, si recuerdo el asombro nuestro porque tenía calefacción radial en el suelo, y que estaba a la vera del Río Ebro. Y cruzando este río ahora estábamos oficialmente en España pensé yo recordando palabras de aita. Proseguimos viaje a Burgos, donde bajamos para visitar la Catedral de Santa María de Burgos, una majestuosa iglesia de estilo gótico del siglo XIII.  Seguimos viaje y aunque no paramos desde la carretera se nos anunció la vista de El Escorial como la histórica residencia del Rey de España. Casi llegando a Madrid paramos para ver el Valle de los Caídos en la Sierra Guadarrama, concebido por Franco en honor a los muertos en la Guerra Civil Española. Media hora después llegamos al hotel en Madrid. Cenamos y fuimos a descansar, a la mañana siguiente todos iban a visitar el Museo del Prado, pero yo me quedé en el hotel, no me sentía con muchas ganas para ello tal vez pensando en lo que me esperaba en este nuevo país caribeño. Foto de Begoña y yo en el aeropuerto de Barajas.

            Finalmente llegó la hora de la partida y después de despedirme de todos subí al avión que por estar viviendo en la era de los aviones de hélices el viaje de Madrid a Caracas duró 11 horas.

Nuestros hermanos Bingen y Xabier terminaron sus clases varios meses después y  arribaron en Caracas, ya la familia estábamos reunida otra vez, aunque a mi personalmente y a todos nos hubiera encantado que Begoña se nos hubiera sumado a la familia, pero ahora creo era esperar mucho de ella.

                     

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I) Vida de Mercedes Iribarren de Ametzaga -Gure Ama - Tributo a nuestra Ama, por Mirentxu Ametzaga 

 

I.1 Vida de Mercedes Iribarren de Ametzaga -Gure Ama

I.2  Life of Mercedes Iribarren de Ametzaga - Our Mother

II) La mujer que acompaño a Vicente de Ametzaga Aresti - por Xabier I. Ametzaga

 

II.1 La mujer que acompaño a Vicente de Ametzaga Aresti

III) Mis manos quieren hablar - mi poema a mi Ama - por Xabier I. Ametzaga

 

III.1 Mis manos quieren hablar - mi poema a mi Ama

IV) Publicaciones en Internet relacionadas 

 

IV.1 Sitio en Internet que lleva el nombre de Vicente de Ametzaga Aresti

IV.2 Los tres Barcos que llevaron a Ama y Aita

IV.3 Travesia

IV.4 Reunion familiar Amezagaeguberriak

IV. 5 Antecedentes

IV. 6 Publicacion en Internet de toda la obra de Aita - la que ella ordeno y recopilo

IV. 7 Publicaciones Xamezaga Editor Internet

 
Sitio en Internet en homenaje a Mercedes Iribarren de Ametzaga.
http://mercedesiribarrengorostegui.blogspot.com
Creacion, Edicion y contacto: Xabier Iñaki Ametzaga Iribarren
e-mail: xabieramezaga@gmail.com
Blog Xabier Amezaga Iribarren: http://xabieramezaga.blogspot.com
Editorial Xamezaga